Mañico madruga, pero aún así le resulta imposible llegar antes de las 10 a la guardería para dejarles el regalo. Vuelta a casa, se viste para la ocasión y prepara los bártulos. Flavio, ya esperando, envía un guasap. Como tiene que volver pronto y quiere ir por Camarenilla, Alberto no quiere hacerle esperar y le dice que salga porque a él le queda un rato. Al final Alberto sale sobre las 11 con una ruta turística en mente, para que se le haga más llevadera la soledad. Recuerda la primera salida masiva allá por Noviembre y decide poner a prueba su memoria.
Aprovecha que no tiene que subir la cuesta hasta La Palma para ir por San Francisco, bajar a Azucaica y tomar la senda ecológica por el puente de la antigua línea del ferrocarril Toledo-Bargas. Por dicho puente se sube a los laterales de cemento por estar impracticable de agua y barro, con el consiguiente riesgo de caer al río.
Por la senda va tranquilito, disfrutando del paisaje y el día claro, aprovechando la ventana de buen tiempo entre tanta lluvia. A veces traicionero, el viento estropea un poco esta tranquila mañana.
Al llegar al puente de Alcántara decide ir por la carretera del valle, pues Mañico nunca la ha pisado sobre dos ruedas. Adelanta a un par de corredores pensando que eso sí debe de ser duro. En la subida hasta la ermita pone un ritmo fuerte para tratar de subir nota, se entiende que dentro de la liga de los de cola, pues Moi y Solete están en la Liga BBVA y los demás en la Liga Adelante.
Un vez la ermita es alcanzada el paisaje es sublime. Es preciosa la ciudad de adopción del Mañico. Tanto que a punto está Mañico de atropellar a una guiri que estaba haciendo fotos. "At least sorry!" es lo que escucha el sufrido biciclista cuando se aleja. La bajada al puente de San Martín ya es más relajada y ahí aprovecha Mañico para observar el paisaje y reponer fuerzas para lo que le espera.
Cruzando el puente vuelve a bajar a la senda por las escaleras bici en mano. Paralelo al río alcanza el primer repecho fuerte por el camino de Albarreal. En la cementera de Lozoya el viento pega fuerte y afronta el segundo repecho con valentía. La memoria no falla y gira hacia la derecha para coger el camino del vertedero? que le llevará de vuelta a casa. Subida tendida. Se acuerda del consejo de Moi cuando le dio la pájara del Mortirolo: "Tienes que coger un ritmo que vayas cómodo". Es como cuando le dicen a Alonso: "Push push and keep Vettel behind". Qué compañerismo! Entre tanto pensamiento a punto está de irse al barro en uno de los pocos charcos del camino pero aguanta bien de pie en la bici.
Corona sobre el puente de la autovía y vuelve a reponer fuerzas. A partir de ahí, vuelta tranquilita disfrutando de nuevo del paisaje: la sierra madrileña al fondo nevada, a la izquierda la sierra de Gredos y al lado contrario los montes de Toledo. Le sorprende un tramo del camino de un par de km en los que miles de procesionarias tratan de cruzar el camino de un lado al otro (obvio por otra parte, sino de donde a donde la van a cruzar!). Signo de la llegada de la tan esperada primavera.
Parada en la gasolinera para lavar la burra y vuelta a casa. Aprovecha el día de fiesta para hacer un pequeño mantenimiento de la máquina, a la espera de la nueva salida masiva...
Más detalles de la ruta aquí: http://www.endomondo.com/workouts/167952520/7633446
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