Entramos en Pinedo y descubrimos nuevo camino que nos lleva hasta la zona arada que nos sirve de salida de la finca. Ya fuera buscamos la bajada hacia Higares, para ello tenemos que volver a meternos en un camino no autorizado, no sin antes saludar a los guardas de caza de la zona (mientras Moi entabla conversación con el guarda, el resto del grupo se adentra en la zona prohibida).
En Higares foto en los surtidores del año que reinó Carolo, higos, barritas y camino para Mocejón. Antes de llegar y debido a la altura que han llegado a tener los cardos en esta lluviosa primavera, casi perdemos a Valentín y a Lucio. De nuevo juntos los cinco, entramos en Mocejón donde Valentín y Solete recuerdan veladas inolvidables en la Fanny Disco.
Salimos de Mocejón en la salida que lleva por carretera a a Villaseca, cogemos camino paralelo a la acequia que nos conduce a Magán donde Lucio decide acortar la ruta para cuidar su codo, al final decidimos todos encaminarnos a Olías y de allí a Kaito donde nos esperan unas sabrosas salchichas y unas cervezas fresquitas. Camino del merendero vemos a un tipo fino a un ritmo endiablado, se trata de Javi el andaluz, que nos acompaña hasta la terraza del restaurante pero una mala negociación con su santa le hace tener que estar a las 11h de vuelta y se pierde el almuerzo. En este punto un día normal acabaría nuestra crónica, hoy vemos una figura esbelta que nos resulta familiar a bordo de una bicicleta ya clásica, acompañado de dos desconocidos, ¿será Indurain, será Contador? como no podía ser de otra forma es Perico (la cabra tira al monte). Ignacio aparece aunque esta vez sólo será una visita rápida (sin salchichas, que fuerza de voluntad!), nos presenta a sus acompañantes y se dirige a su evento. Al final limpieza de bicis y 38km más de amistad y buen rollo.
