Salimos de la Palma dirección a Bargas, giramos a la izquierda por el Mercadona y nos encaminamos hacia el punto verde de Iberdrola en la carretera Toledo-Torrijos. Rodeamos el punto verde y en el siguiente cruce empieza la innovación, giramos a la derecha y comienza un suave descenso que con el frío reinante hace que duelan todas las partes de la cara que quedan al descubierto y que nos lleva hasta la finca de Mazarabeas, de ahí a la carretera que desemboca en el antiguo puente de Bargas-Torrijos. Cruzamos el puente, el sol ha aparecido plenamente pero su calor todavía no se hace notar, las manos de Guti se ocultan entre su malla, él dice que las calienta en su tripa y el resto le creemos. Cogemos dirección a Villamiel por camino paralelo a la carretera llegando de esta manera a la localidad.
En Villamiel todavía es buena hora y dejamos el Loranque para mayor alegría de Guti que detesta la cuestecita. Salimos de Villamiel por la carretera que la une con Camarenilla y cogemos camino a la derecha. Se trata de un camino recto que nos llevará hasta la finca Belvís y donde sin saberlo se iba a dar el acontecimiento que marcaría las rutas de este fin de semana.
Llegamos a Belvís y cogemos camino a la derecha y de nuevo a la derecha dirección a los Llanos. Antes de llegar a la finca nos encontramos cruce con cable que saltamos, donde llegamos previo cambio de agua al canario. Seguimos el cauce del río en dirección contrario a la corriente de éste hasta alcanzar el antiguo puente sobre el Guadarrama que nos llevará hasta el cruce de Yunclillos.
Cogemos un tramo de carretera de Yunclillos hasta coger camino a la derecha, donde nos encontramos con una vegetación que hace difícil el avance, al menos a Juanma y a Solete, Guti más práctico avanza paralelo por la tierra de labranza con firme más sencillo.
Cruzamos la vía y nos encaminamos a Bargas, es momento de mandar mensaje al grupo por si alguien se anima a compartir almuerzo. Solete intenta coger su teléfono y mandarlo, pero en el bolsillo donde lo había guardado sólo hay algo de dinero, busca por el resto de bolsillos pero nada el Solete está sin cobertura ha perdido el móvil y lo peor es que no tenemos ni idea donde ha podido ser, por lo que a estas alturas (llevamos 42km) no es viable el darse la vuelta. Juanma propone que al día siguiente se repita la ruta en busca del teléfono perdido.
Llegamos a las Perdices y para pasar el mal trago de la pérdida del móvil nada mejor que un almuerzo a base de cerveza y morcilla.
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