8:00h. Como si se tratase de uno de los famosos encierros de San Fermín se encuentran en el lugar de costumbre, corredores y morlacos en el caso de los encierros; biciclistas en nuestro caso. Están preparados Valentín, Ángel, Diego, Flavio, el debutante David amigo de Flavio y "Solete". El Litri que dijo que iba a salir debió tener mala noche y no le ha debido dejar la policía acceder al recorrido. Al contrario que en Sanfermín en este caso el recorrido se organiza en el momento de la salida y según las preferencias del personal, hoy la mayoría quiere ir a conocer el castillo de Barcience y hacia allí comenzamos nuestra ruta.
De todos es sabido que uno de los tramos más peligrosos de los encierros de Sanfermín es la cuesta de Santo Domingo, donde los astados comienzan con fuerza y rápidos, aquí tendríamos nuestra primera cogida Flavio se despista y se traga un bordillo, suerte que las consecuencias fueron leves, ya que viendo la caída se presagiaba lo peor. Flavio se cae antes de llegar al Ventorro y bate el record de caída más tempranera, a la próxima se cae en la puerta de su casa.
El grupo discurre por caminos de curvas para bajar a la carretera de Torrijos, como si del tramo del Ayuntamiento de Pamplona se tratara. Se ven carreras rápidas en especial en las bajadas de la vía de servicio, donde Valentín tiene el segundo de los sustos, se le cae la botella del agua y queda rezagado, Solete piensa en lo peor pero se tranquiliza al ver como Ángel cual pastor se incorpora con Valentín a la manada y prosigue nuestro recorrido a un buen ritmo.
Atravesamos el puente antiguo de la carretera de Torrijos y después de un tramo de la carretera de Rielves cogemos desvío a la derecha, al igual que en el tramo de Mercaderes, para meternos en caminos rectos y llanos, por donde discurrimos a buena velocidad. El tramo de Mercaderes, es conocido por lo peligros de éste y en nuestra ruta este peligro se traduce en tener algún que otro pinchazo, eso sí de pincho o cardo en vez de por asta de toro.
Cruzamos Rielves y su vía de tren, nos encontramos a un pastor en bici, pero éste de ovejas. Nuestra dirección es Barcience donde nos encontraremos con el peligro de verdad, allí nos espera nuestra particular Estafeta y se producen cogidas de todo tipo, desde "Solete" echando pie a tierra, seguido de David a punto de librarse de la cornada pero que patina en unas piedras y también es corneado y así el resto del grupo a excepción de Flavio que sube como otros mozos que había por allí saliendo indemne del repecho. Aunque ha habido cogidas en Estafeta la mayoría nos recuperamos, sólo hay que lamentar las consecuencias de la cornada en el caso de Valentín, que con una herida de 4 trayectorias sufriría a partir de este momento lo duro del ritmo de la primera mitad de ruta.
Superada la Estafeta el encierro se encamina a Telefónica. Dejamos nuestra particular Estafeta en Barcience y nos encaminamos a Huecas y Villamiel, por un tramo largo de poca historia como podría ser Telefónica, ya que las cornadas nos hacen ir algo más lentos que en la primera mitad de recorrido, al igual que pasa con los morlacos cuando dejan Estafeta. El que sea un tramo, que en un principio pueda parecer tranquilo no quiere decir que lo sea y que no haya peligros, en este tramo que en teoría iba a ser tranquilo tenemos la próxima cogida y además es general, nadie se libra de un pinchazo de cardo en el trozo que une Huecas con Villamiel.
Dejamos Villamiel y el próximo objetivo es el Loranque, hasta la finca el tramo lo podríamos encuadrar en el tramo de Telefónica, pero es a partir de la casa del Loranque donde empieza uno de los tramos más peligrosos de nuestro particular encierro. Se trata de la subida al Loranque donde como en el callejón de Sanfermín, cada uno hace lo que pude por llegar a la plaza (Bargas). La diferencia entre el callejón y el Loranque, está en la pendiente, en el de Pamplona es cuesta abajo y el nuestro es cuesta arriba, pero el toro te pilla sí o sí, si no es porque ya vas cogido con 4 trayectorias es porque te crees que puedes entrar en la plaza delante del morlaco y te coge, vamos que te coge. Desde el primero hasta el último salimos de nuevo heridos en nuestras fuerzas del tramo de entrada en nuestra plaza (el Tentadero), pero todos llegamos vivos y con ganas de nuestro próximo recorrido. Hemos tenido un encierro de 50km sin muertos, y ya se sabe lo que no te mata te hace más fuerte.
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