domingo, 14 de abril de 2013

13 de abril: HACIENDO EL AMOR

Viernes por la tarde, el Litri y Solete se están tomando unas cervezas, empiezan a funcionar los mensajes del WhatsApp y nos juntamos sin pretenderlo con Moi, Lucio, Bautista e Ignacio. Es ahí donde Moi lanza el guante, proponiendo subir el sábado el Pico del Amor en Sonseca y los dos descerebrados del principio fruto de la inconsciencia que produce el alcohol etílico, aceptan el reto.
A las 8 de la mañana del sábado, en casa del Solete se montan Moi, el Litri y el Solete en el coche de Moi camino de Sonseca donde han quedado con Rina.
El Litri estrena burra, una estupenda Canondale, que hará sacar lo mejor de Mario. El GPS colocado en el manillar de la bici de Moi, coge los satélites, pero éstos al principio nos gastan alguna que otra broma y hacemos dos kilómetros de calentamiento por las calles de Sonseca. Por fin salimos de la población, pasamos la Torre Blanca y vamos dirección a la sierra.





Pasamos al lado de unas vacas y sus terneros, nos encontramos con un ternero en el camino que se asusta de Rina, que cual Curro Romero se dirige hacia el rumiante, que hace unos cuantos metros corriendo delante del grupo.
Dejamos el camino ancho y empezamos a abrir y cerrar puertas, para dirigirnos al Pico del Amor que vemos aún de lejos.
Disfrutamos de un entorno espectacular, pasamos por la vereda del fraile y llegamos al pie del Pico del Amor, por delante una subida impresionante de más de 6 kilómetros, para llegar a una altura de más de 1300m.






















En la subida el Solete marca un ritmo exigente hasta llegar a la última puerta antes de la cima. A partir de la puerta es Moi quien toma las riendas del grupo y nos irá dejando a todos tirados a lo largo del ascenso, aunque Rina como el Ave Fénix resurge y llega a coger de nuevo al de la Canondale. La otra Canondale del grupo con el Litri encima está a la altura y sube a rueda del Solete.
El ascenso es por un camino con piedras, que junto con la pendiente y la distancia hace que la subida sea exigente. Las vistas en la cima son espectaculares, comemos algo y nos disponemos a bajar. Al descender nos cruzamos con un 4x4 con un paisano que hace un gesto con la cabeza haciéndonos saber que piensa que no debemos estar muy bien de la cabeza al estar por estos andurriales.








Antes de llegar a la zona de bajada la rueda de Moi sufre un pellizco, pero estas máquinas de última generación se arreglan solas, le mete aire y el neumatico inteligente suelta un moco, que al instante se seca dejando de nuevo el tubular como nuevo.





Empezamos a bajar por una trialera con muchas piedras, es un descenso complicado que hará que se sucedan averías y alguna caída. Al comienzo del descenso Rina frena, Solete llega por detrás y evita el choque, lo que no puede evitar es que sus huesos acaben en el suelo, por suerte esta caída no produce más daño que minar la moral del Solete, al ver incrementar su ranking de aterrizajes forzosos.
Seguimos bajando y una piedra afilada pega un llantazo en la rueda del Solete, por más que miro a ver si sale el moco que salía de la bici de Moi, en la de Solete no sale, toca cambiar la cámara. Con la rueda ya reparada ahora le toca al Litri ser el que se le queda la rueda trasera suelta, menos mal que no se le ha salido bajando, con la ayuda inestimable de Rina aseguran el neumático y éste será el último episodio accidentado de la ruta, a partir de ahora a volver a disfrutar de senderos y caminos.

































Después de 5 horas de bici y al no conocer lo que nos queda para el final, la ruta se nos hace algo larga, con poco agua y ganas de llegar ponemos un ritmo de plato grande y piñón pequeño a tope, para llegar de nuevo a Sonseca. Buscamos una terracita para disfrutar del día fenomal que tenemos y nos pedimos unas jarras que hacen que se me salten las lágrimas. Una ruta totalmente recomendable para aquellos que tengan una forma física al menos media.


1 comentario:

  1. Peazo ruta!!! Menuda envidia!!!
    No se como os dejais engañar por Moi... que conste que el otro día conseguí engañarle yo a él. Pero seguro que eso no os lo cuenta, jajaja.
    Nos vemos en la Vereda del Fraile el domingo.
    Pablo.

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