lunes, 19 de agosto de 2013

15 de agosto: LA VIRGEN DEL SAGRARIO NOS PROPORCIONA AGUA Y PROTECCIÓN

15 de agosto, fiesta nacional en España y local de la Virgen del Sagrario en Toledo. Existe una tradición que parte del siglo XVII, cuando finalizadas las obras de la Capilla de la Virgen del Sagrario, se hicieron ocho días de fiestas en acción de gracias, pero el calor era tan intenso que numerosos fieles abandonaban la Catedral, por ello las autoridades eclesiásticas mandaron que se construyeran tarimas para distribuir jarras de agua de los pozos, digo yo que si hubieran dado cerveza fresquita o vino, a lo mejor la acogida habría sido incluso mayor, al menos del grupo Haciendo Hueco MTB. Algunos de los habituales a las rutas ejercen de buenos T.T.V. (Toledano de Toda la Vida) y se encuentran en la Catedral manteniendo la tradición, bebiendo de los botijos rellenos de Agua de la Virgen, quizás en busca de su carácter milagroso que les ayude en futuras quedadas, otros menos tradicionales nos disponemos a aprovechar el festivo para hacer una nueva ruta.
8:00h en el lugar de costumbre nos reunimos Flavio, Diego y su amigo Paco, Moi, Javi el Andaluz, Mario el Litri y Solete. Esta vez no será Solete quien marque la ruta, sino David que nos espera en la Olivilla para pedalear por Guadamur, Rielves, Villamiel y Bargas.
 




Bajamos a Toledo por los depósitos, Avda. de Francia y Avda. de Portugal para llegar a la Olivilla a través de la Peraleda. Al cruzar el ferial quedan restos (botellas, vasos, algún desnucado, …) como daños colaterales de la noche anterior. Nuestro grupo aunque nos gusta el alpiste más que a un tonto un lápiz, pasa por la zona sin prestar atención a estos signos de lujuria y desenfreno, pero precisamente el abstemio del grupo, Flavio, decide que nos quedemos un ratito más antes de llegar a la gasolinera donde nos espera David y con un salto mal calculado revienta la rueda trasera de su flamante Cannondale Scalpel, toca reparación de la máquina y después reunirnos con el octavo en la ruta de hoy.


Reunidos todos en la gasolinera de la Olivilla, Moi hace bromas de, “a ver quién necesita llenar el depósito”, él rellena el suyo, pero se deben equivocar y le echan diesel en vez de gasolina, es la única explicación que encuentro para que este deportivo, repleto de caballos de potencia gripara a lo largo de la ruta de una manera tan inusual en el galáctico. Salimos dirección a Monte Sión, donde después de varios repechos cogemos vereda a la derecha, camino del puente que cruce la autovía de circunvalación de Toledo. Cruzamos por el puente y cogemos camino a la derecha para disfrutar de una bajada técnica pero no en exceso, que hace que se divierta bajando hasta el torpe que escribe este texto. Al final del descenso cruzamos un pequeño arroyo, donde el fotógrafo del grupo se coloca sin suerte en busca de una instantánea de alguna caída que no se produce









Los ocho de nuevo juntos, ascendemos por subidas que nos hacen echar pie a tierra y por veredas rodeadas de encinas y riscos, que crean un entorno tan bonito como duro. De esa manera llegamos a Guadamur donde nos recibe su castillo, el cual dejamos a nuestra izquierda para entrar hasta la plaza del pueblo donde buscamos agua para el Andaluz, que todo previsor, ha gastado a estas alturas el único bidón que había preparado, menos mal que ante la falta de fuente tenemos a Diego que dispone de agua fresca y la comparte con el de Almería, que no contento le sugiere amablemente que a la próxima le eche unas gotitas de anís. También podíamos haber ido a por un botijo de la Virgen, pero eso no estaba previsto en la ruta de hoy











Dejamos Guadamur por el cementerio municipal y bajamos hacia Portusa. El camino al principio es una pista ancha, donde no hay más noticia que la picadura de una avispa en la cara de Diego, solventado con el frío de su botella de agua, pero después se va haciendo más sinuoso, hasta llegar un momento en el que se convierte en un auténtico pedregal donde Javi el Andaluz al adelantar al Solete bajando, hasta en dos ocasiones tiene que hacer malabares con su bici para no comerse los guijarros, la pena es que el camino es tan complicado que el fotógrafo no es capaz de desenfundar la cámara y dejar plasmado su gesto de acojone, este momento sólo queda grabado en la retina del también apodado Capi, no sería lo único que quedaría grabado en su retina




 
Reunidos en Portusa al final de la bajada de Guadamur, el Andaluz tiene avería en la rueda y se procede a su reparación. Al cruzar el puente sobre el río Tajo, nos encontramos con todo “un equipo ciclista” y como estamos en vías de compra de equipación para el grupo, obviamos la bici y nos fijamos en la indumentaria naranja y negra, muy pero que muy bonita, no llega a la “verde que te quiero verde” pero de muy buena calidad también ésta. El fotógrafo obnubilado por la belleza de la equipación no acierta a sacar su cámara y ésta es la otra instantánea que sólo queda grabada en su retina y esta vez en la del resto del grupo. Comentando la jugada de la “indumentaria naranja” cogemos camino ancho a la derecha que nos llevará hasta una finca justo en la vereda natural del Tajo, donde un pequeño grupo se equivocan y tiran a la derecha dirección Toledo. Resuelta la equivocación cogemos dirección Albarreal y primer camino a la derecha hacia Rielves. A la altura de la finca la ruta se hace larga a Paco, más acostumbrado a la carrera a pie y decide coger dirección a Toledo junto con su amigo Diego. Paco te esperamos a la próxima



Con un ritmo frenético llegamos a Rielves, donde paramos para repostar agua fresca. A estas alturas Moi da señales de que es humano y vemos lo que hasta ahora nunca habíamos visto, el deportivo no va bien y es que todos tenemos, hemos tenido y/o tendremos un día malo y hoy le ha tocado al figura del grupo. Salimos de Rielves con dirección a Villamiel donde nos encontramos con el grupo de Camarenilla MTB, con los que intercambiamos información de próximas rutas


Cruzamos Villamiel y salimos por su cementerio dirección al Loranque. Moi pide a su santa que le prepare gasolina de la de verdad para que cuando llegue a casa el deportivo vuelva funcionar a tope, y llega la subida a Bargas, donde como es habitual la mayoría de nosotros damos todo lo que tenemos. El resto es común a nuestras rutas con vuelta por el Loranque, reunión en el puente sobre la autovía, subida a Bargas por la fuente del Caño y a disfrutar de un buen almuerzo en Zapico, donde nos esperan Paco y Diego. Almuerzo que se pierde el Litri que ejerce de huevón y se queda en casa antes de terminar la ruta, él se pierde las carrilladas y las cañitas, otra vez será










 
Si quieres más detalles de la ruta, pincha aquí. 


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